En esta edición, el ‘»Remedio de la abuela» tiene más que ver con el consumo y la reutilización de recursos, aunque no nos anima a ser más ecológicos. Hablamos de la relación entre el agua, ese líquido que compone tres cuartas partes de este planeta y de nuestro peso corporal, y el medio que utilizamos para transportarla, las botellas de plástico. Esto es lo que nos recomienda nuestra abuela:
“No rellenes las botellas de agua que sean de plástico”
No sé si se han fijado en una recomendación que aparece en el etiquetado de algunas botellas de agua envasada que indica que no se deben rellenar. ¿Por qué colocan este mensaje? En la actualidad, estas botellas se fabrican con dos tipos de materiales: unas son de vidrio, y otras de un material plástico llamado tereftalato de polietileno o (PET), sus siglas en inglés, letras que puedes observar en la base de la mayoría de las botellas de agua junto a un símbolo triangular.
Se exponen varios motivos para que no se rellenen las botellas:
- Evitar que se introduzcan líquidos peligrosos para la salud, que puedan confundirse con agua. Si has llenado una botella con alguna sustancia tóxica, no deberías volver a usarla nunca más, menos aún para agua que vayas a ingerir, por los restos que quedarán en la botella, por muy bien que la laves.
- Evitar riesgos microbiológicos. Una vez abierta la botella, pueden llegarle microorganismos, como bacterias y hongos, a través de nuestra boca, de una fuente o el ambiente. Éstos podrían desarrollarse si disponen de las condiciones necesarias: presencia de agua (algo muy común), nutrientes, una temperatura adecuada para su crecimiento. No obstante, esta advertencia no se usa con las botellas de vidrio, pues los microorganismos se adhieren con más facilidad a la superficie de los materiales plásticos que al vidrio o al metal. Especialmente, si la botella tiene arrugas o deformaciones. Si lavamos el interior de la botella, se debe tener en cuenta un proceso exhaustivo, tal como recomiendan desde el Gobierno de Nueva Zelanda en su página sobre consumo del Ministerio de Indrustrias Primarias:- Lavarse las manos antes de rellenar la botella.
– Examinar la botella para asegurarnos de que no está dañada.
– Lavar la botella y el tapón con agua caliente y jabón, aclararla bien y secarla antes de rellenarla.
– Rellenar la botella con agua que no presente riesgos para la salud y no compartir su uso, si se bebe directamente de ella.
- El material plástico que compone la botella (PET) puede ceder al agua ciertos compuestos potencialmente tóxicos, como el antimonio. En condiciones normales de consumo, estos compuestos se encuentran en cantidades que, a priori, no suponen un riesgo para la salud, porque son muy escasas. Sin embargo, según varias investigaciones, el antimonio, cuando se libera, aumenta incluso cien veces más respecto al nivel encontrado originalmente en la botella. Aún así, sigue sin ser en cantidades perjudiciales para la salud, pero aumenta.
- Conservar las botellas en lugares frescos y secos.
- Evitar su contacto con la luz.
- Cambiar las botellas de vez en cuando.
Veredicto final: ESTE REMEDIO ES FALSO.
Con esta sección queremos hacer un guiño a nuestros oyentes para que nos envíen las frases que les decían su abuela sobre salud, para que las envíen a: participa@activando.me, o a través de la web, el facebook o twitter.
Me ha encantado este texto y nunca había estudiado
una opinión como esta sobre el tema, excelente !
Felicidades