El mal aliento matutino puede ser una consecuencia de lo que hemos cenado la noche anterior pero, sobre todo, tiene que ver con los microscópicos restos de alimentos que puedan haber quedado alojados entre nuestros dientes y que han fermentado durante la noche. Mientras dormimos, nuestra producción de saliva desciende mucho, favoreciendo a que algunas bacterias aprovechen para instalarse y solidificarse en forma de sarro en nuestros dientes… Es por eso que también es recomendable lavarse los dientes antes de acostarse.
