En realidad lo que sucede es que los tejidos se encogen, dejando a la vista más trozo de pelo y uña. Esto es posible debido a que, tras el fallecimiento, en el organismo comienza un proceso de deshidratación -el cuerpo pierde su agua-. Esta deshidratación provoca que los tejidos se encojan, mostrando la parte del pelo que está incrustada en la piel y lo mismo pasa con el trozo de uña que permanecía antes oculta bajo la piel de los dedos.
